llenar las piscinas, usar flotadores para hacer olas, disfrazarnos con trajes de baño antiguos guardados en el closet desde los años 70'.
Cuando tenía ocho años, funcionaba el negocio de la tía mini, por allá en el puerto, y comprabamos helados panda. mi favortio era el barquillo, no recuerdo de qué sabor pero costaba como 300 pesos y me duraba una eternidad.
Cuando tenía ocho años, escribía en mis agendas, tenía varías, la de winnie the pooh, la pascualina, y la sicodelia, o creo que esas llegaron despues.
cuando tenía ocho años, escuchaba shakira sentada en la entrada, respiraba aire limpiesito, y comia tallarines y mucho repollo.
en septiembre, cuando tenía ocho años, las torres gemelas de nueva york estallaron, y yo estaba enojada por querer ver los venegas.
cuando tenía ocho años, mi papá llegaba a almorzar, mi mamá igual, y ella usaba mucho una polera lila, le quedaba bonita.
cuando tenía ocho años, los escuché pelear por primera vez, yo estaba donde la caro, y en el patio, al rededor de la mesa que estaba fuera para nuestras onces de la tarde bajo el palto, estaban uno a cada lado, de pie, a gritos, yo los miraba desde la ventana de la casa del lado.
entendía todo, mejor que nadie, lo que estaba pasando.
Cuando tenía ocho años, mi pieza fue trasladada, y en ella estaba la tabla para planchar, asi mis inviernos no serían tan frios.
Cuando tenía ocho años, tuve la navidad mas fome, sin embargo la que mas recuerdo, y donde vi shrek por primera vez, luego de millones de veces que vinieron despues.
Cuando tenía ocho años, aún jugaba con mi muñeca paula, tenía mi casa en el ventanal, y hacía comiditas de barro cuando venían mis primos.
Cuando tenía ocho años, no había nada que pudiera perturbarme, mi vida era tan limpia y pura, como la inocencia de la niña que era.
si algo malo ocurría confiaba y rezaba. cuando tenía ocho años, rezaba mucho, a pesar de sentirme no cristiana por odiar las misas. rezaba para no ir al infierno por eso.
cuando tenía ocho años mi vida era tan normal, tan feliz, tan contenta. que recuerdo esa edad constantemente al verlo reflejado en mi hermano y su edad.
nuestras vidas diferentes, mis vacaciones en la piscina de plastico, con mis padres juntos, tomando once bajo el palto, mis tardes escribiendo en la agenda que me trajo el viejito. una vida tranquila, nada que temer. pura paz y puro amor.
su vida ahora, en nueva zelanda, de vacaciones, con una madre adulta y pretenciosa buscando pareja de modo inconsiente pero desesperada a la vez, para llenar el vacio que dejó mi papá. su vida con una doble familia a la distancia, con toda la tecnología que le pudiera desear, con todos los "si" que alguien pudiera imaginar.
me pregunto si su vida será tan feliz como la que tuve yo a los ocho años..
cuando tenía ocho años, los escuché pelear por primera vez, yo estaba donde la caro, y en el patio, al rededor de la mesa que estaba fuera para nuestras onces de la tarde bajo el palto, estaban uno a cada lado, de pie, a gritos, yo los miraba desde la ventana de la casa del lado.
entendía todo, mejor que nadie, lo que estaba pasando.
Cuando tenía ocho años, mi pieza fue trasladada, y en ella estaba la tabla para planchar, asi mis inviernos no serían tan frios.
Cuando tenía ocho años, tuve la navidad mas fome, sin embargo la que mas recuerdo, y donde vi shrek por primera vez, luego de millones de veces que vinieron despues.
Cuando tenía ocho años, aún jugaba con mi muñeca paula, tenía mi casa en el ventanal, y hacía comiditas de barro cuando venían mis primos.
Cuando tenía ocho años, no había nada que pudiera perturbarme, mi vida era tan limpia y pura, como la inocencia de la niña que era.
si algo malo ocurría confiaba y rezaba. cuando tenía ocho años, rezaba mucho, a pesar de sentirme no cristiana por odiar las misas. rezaba para no ir al infierno por eso.
cuando tenía ocho años mi vida era tan normal, tan feliz, tan contenta. que recuerdo esa edad constantemente al verlo reflejado en mi hermano y su edad.
nuestras vidas diferentes, mis vacaciones en la piscina de plastico, con mis padres juntos, tomando once bajo el palto, mis tardes escribiendo en la agenda que me trajo el viejito. una vida tranquila, nada que temer. pura paz y puro amor.
su vida ahora, en nueva zelanda, de vacaciones, con una madre adulta y pretenciosa buscando pareja de modo inconsiente pero desesperada a la vez, para llenar el vacio que dejó mi papá. su vida con una doble familia a la distancia, con toda la tecnología que le pudiera desear, con todos los "si" que alguien pudiera imaginar.
me pregunto si su vida será tan feliz como la que tuve yo a los ocho años..
como sea, espero que su vida a los veintiuno, no sea como la mia de ahora, y esa si sea realmente feliz y llenadora. .
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