jueves, 28 de enero de 2016

Escribir se transforma en mi único consuelo, aun siendo patética en esta vida solitariamente acompañada.
tengo 22 años y no he amado, y nadie me ha amado a mi, nose qué es mas triste.
sentir que soy incapaz de hacerlo. o pensar que tengo un molde opaco que permite que nadie me vea.

me ven, mis amigos saben quien soy, mi familia también, me quieren tanto que no llego a entender. qué es eso que el resto no ve.
que si existe un alguien para mi, dónde está. que si no existe, porque el mundo me hace creerlo. por qué jugar con mis sentimientos, que ya difícilmente les ha costado endurecer.
no se en qué creer, y la esperanza es como una llama que jamas podrá apagarse, hasta en el mas minimo y recóndito espacio de mi piel. Digo piel, pues mientras viva seguirá, conmigo, con mis años, mi historia y mi genética.
mi piel que lleva todo, mi piel que refleja todo. en esta piel es donde quedan mis esperanzas, arrugadas, amargadas en muecas, opacadas con lagrimas.
no quiero sufrir, pero tampoco quiero sentirme asi. tengo un aire denso en mi interior, que me duele al respirar y que tampoco quiero sacar, porque no quiero ser tan estúpida de pensar que con pena llegaré a tener lo que deseo.
aunque no sea solo un deseo, aunque sea un sentido.
mi alma no está completa, y no puedo obligarla a estarlo. puedo hacerlo todo, pero hay vacios que no puedo rellenar con mis pensamientos, por muy buenos que sean. no puedo hacerlo.

necesito algo, y con solo ver mi mirada, se que lo sabes.

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